No Vale

La competencia se trasladó más allá de la pista. No es novedad. Ya todos lo habíamos notado. Pero el fin de semana sobrepasó los límites esperados en el deporte motor. Vergüenza y decepción son algunos de los sentimientos que afloraron en los fanáticos tanto de la Fórmula 1 como de Moto GP.

Luego de alcanzar su tercer título mundial, Lewis Hamilton le enrostró su corona a su coequiper, Nico Rosberg, lanzándole despectivamente la gorra del "segundo puesto", además de las múltiples "bromas" que poco contentaron al alemán.

Los nueve campeonatos en Moto GP se vieron opacados en Malasia cuando Valentino Rossi pateó (literalmente) a Marc Márquez cuando intentaba superarlo. Eso le costó la última colocación de partida en la próxima competencia pero la actitud antideportiva le salió mucho más caro al Dottore, que mucho tendrá que trabajar para sanar esta herida en sus tifosi.

Las imágenes recorrieron el mundo. Y claro, en la era de las comunicaciones no podían tardar en viralizarse. ¿Será ese el motivo por el que nos enteramos de estas situaciones? ¿Siempre sucedieron y ahora podemos verlas? ¿O estas actitudes son propias de una actualidad social que deja mucho que desear? 

Tal vez nunca podamos responder estos interrogantes. Al menos no a la distancia. Lo cierto es que a nivel mundial la falta de compañerismo se vio más reflejada que nunca con dos múltiples campeones mundiales demostrando que su grandeza se reduce a lo deportivo.